Escuela de Galletas

Aunque a estas alturas sea un poco absurdo hablaros de este curso, porque lo hice hace un año y además el sitio donde lo recibí ha cerrado, me ha parecido importante contaros mi experiencia en él. La vida da muchas vueltas y nunca se sabe si os puede venir bien esta información en algún momento. Además así queda registrada la experiencia en este pequeño diario repostero.

El curso, que recibí principios del año pasado, consistió en doce estupendas y divertidas clases impartidas por Vero de The Sugar Lab. En ellas aprendí desde lo básico (como hornear galletas y que queden súper lisas) hasta a hacer maxi volúmenes, encaje y acolchado, efecto vidriera, galleta pintada, galleta esférica...

Para que os hagáis una idea voy a resumiros brevemente cada técnica. No quiero a entrar en detalles porque hasta que no las domine me parece absurdo y muy pedante dar una clase magistral de cómo hacerlas.

Lo primero que aprendimos, aparte de a conseguir hacer galletas muy planas y sin deformar, fue a delinearlas y decorarlas con glasa. Esto ya sabía hacerlo, pero me vino muy bien para repasar conceptos. Además horneamos dos recetas diferentes y así observamos la diferencia entre trabajar con una u otra.

La segunda clase ya fue más complicada, consistió en decorar las galletas con distintos acabados de bordado. El punto bobo, el del patuco, era más sencillo ya que solo había que mover la manga haciendo un zigzag, pero el ganchillo y la espiga fueron una tortura. No había atajos y tuvimos que hacer línea a línea con la manga hasta completar la galleta. El resultado es espectacular y muy bonito pero ni en un millón de años se amortizaría el tiempo dedicado a hacer este tipo de galletas con lo que podrías sacar por ellas en caso de que quisieras venderlas.

La tercera clase fue la del famoso wet&wet. Esta técnica consiste en utilizar dos colores diferentes de glasa con consistencia de relleno, y dibujar con una sobre la otra antes de que se seque la primera. Aunque es una técnica que ya controlaba y había usado en mas de una ocasión nunca había probado a hacer dibujos de flores con ella y quedaron espectaculares. ¡¡¡Creo que esta clase fue una de mis favoritas!!!

En la cuarta clase aprendimos a glasear una galleta sin delinearla (utilizando la misma consistencia de glasa para todo). He de reconocer que a mí no se me dio bien, ni esa vez, ni las siguientes que intenté volver a hacerlo. Lo bueno fue que preparamos las galletas para, en la clase siguiente, pintar encima estos preciosos niños. Están dibujados simplemente utilizando un pincel y colorante diluido en vodka. Para traspasar la plantilla calcamos el dibujo en papel vegetal con un lápiz blando y lo colocamos boca abajo sobre la galleta repasando por encima con el dedo.

Esta caja fue nuestra sexta clase. Vero nos pidió que horneásemos en casa galletas cuadradas de los tamaños exactos para formar la caja. Lo complicado fue que las esquinas quedasen rectas y que no se deformase la masa al hornearla, menos mal que luego colocamos una cadeneta en la unión para disimula las juntas porque era imposible que encajasen!

Y las galletas más divertidas las hicimos en la clase de maxi volúmenes. Aquí las formas las decidimos nosotras según los cortadores que teníamos en casa. Si habéis decorado una galleta alguna vez con glasa sabréis que por su consistencia, aunque inicialmente la rellenéis con un poco de volumen, al final tiende a quedarse plana e incluso a hundirse en zonas muy estrechas. Eso se arregla utilizando esta técnica que permite unos volúmenes preciosos y rellenar zonas muy estrechas sin problemas. Solo hay que utilizar una glasa de consistencia media como base y glasear sobre ella, como quien rellena un cojín.

La octava clase también fue una de mis favoritas, se me dio muy bien y el conjunto quedó muy romántico. En ella aprendimos a decorar las galletas con efecto acolchado, de madera y simulando un encaje. En general eran técnicas no muy complejas pero con un resultado muy vistoso….y si, el encaje se hace línea a línea y luego rellenando el centro para crear el dibujo. Lo bueno es que puedes hacer media galleta y dejar el resto sin decoración.

Las galletas de la novena clase, sin embargo, me decepcionaron bastante. No porque las técnicas fuesen malas sino porque el resultado no quedó como esperaba. Las galletas con efecto pizarra directamente quedaron muy feas y la vidriera, que había hecho con mucho mimo y me había gustado mucho como me estaba quedando, la destrocé en el último momento al cogerla para hacer una foto, llevándome así parte del delineado negro :(  ¡Con lo que me costó hacerlo!

Las últimas clases me desilusionaron un poco, sobre todo la de la galleta esférica ya que aunque Vero nos explicó como se hacían, para ahorrar tiempo, las horneó antes de que llegásemos y nosotras solo tuvimos que pintar directamente sobre la galleta y montar la caja. Además por lo que contó, hornearlas y que quedasen bien era complicado.

Respecto a las galletas tipo springeler, no utilizamos los moldes que venden para hornear este tipo de galletas con relieve, sino que hicimos una trampa e hicimos una galleta normal y luego horneamos la decoración a parte utilizando un molde pequeño de silicona (de los de fondant). La verdad es que el resultado quedó precioso y el truco resultó muy práctico, aunque me hubiera gustado probar con el molde específico de las springeler.

(algunas aprovecharon para terminar sus galletas vidriera)

En resumen fue un curso muy completo que disfruté muchísimo, aunque no haya podido poner en práctica todo lo aprendido. Además disfruté mucho con mis compañeras, a las que ya conocía de la escuela de modelado y aprendí de una gran amiga y una estupenda galletera....parezco una pelota, pero es verdad :)

 Luz Ignesón

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