domingo, 28 de septiembre de 2014

Tarta "cuatro primitos"

Hace unas semanas mi profesora de inglés decidió encargarme otra tarta por el cumpleaños de su hija. Como le dije una vez, es mi única cliente de tartas de buttercream ya que a todo el mundo le llaman mas la atención las de fondant. Supongo que porque es un material más novedoso en este país y porque te permite acabados más infantiles, mientras q con la buttercream se consiguen tartas más románticas. No digo que la crema de mantequilla no admita diseños para niños, solo hay que ver mi primera tarta con manga pastelera, es solo que la misma tarta hecha de fondant parece todavía mas infantil.


Esta vez me pidió que de alguna manera (caras o nombres) la tarta tuviese a sus hijos y sus dos primos ya que, aprovechando la fecha, iban a festejar el cumpleaños de los cuatro. La tarta tenía que ser de chocolate pequeña, para ocho personas.


Debido a que todavía estábamos en agosto y no era buena fecha para trabajar con mantequilla porque hacia muchísimo calor, preferí usar la buttercream solo para el recubrimiento de la tarta y modelar con fondant las caritas de los cuatro niños. Para ello volví a echar mano del tutorial que utilice para la tarta de la graduación de mi hermana caracterizándoles el pelo y los ojos.



Como quería trabajar cómodamente la crema de mantequilla de chocolate, a pesar del calor, probé a ponerle un poco del merengue Wilton Powder, que según todas las recetas y blogs era lo ideal para temperaturas altas o humedad. No sé si me lié con la proporción, o si no se puede mezclar con cacao, o que lo de echarle el merengue es mentira, pero el resultado fue una crema con textura de mouse que “no había dios” que extendiera....se quedaba pegada a la espátula con cada pasada!!! Una pesadilla.


Mi marido me vio tan desesperada que me echó una mano

Cuando conseguí extenderla y dejarla lo más uniforme posible, mi marido me sugirió que le hiciese algo en el borde porque con la buttercream de chocolate había quedado demasiado sobria. Así que le añadí en los laterales un poco de confetti de azúcar de colores de FunCakes.


Después le puse las caritas de fondant bordeando la tarta. Desgraciadamente era tan pequeña que no me cupieron sus nombres pero mi profe me dijo que los niños se reconocieron en el acto y corrieron a coger sus rostros en cuanto les dieron permiso.

 


 

La verdad es que si hubiese tenido libertad de diseño no habría hecho la tarta así, lo de las caras flotando me da un poco de grima, pero es lo que me encargaron y lo importante es que a ellos si les gusto y disfrutaron mucho comiéndola.

   Luz Ignesón


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